miércoles, 17 de julio de 2013

La crisis como oportunidad para innovar más y mejor


A causa de la situación económica que vive España, muchas empresas han visto caer sus ventas de manera dramática, especialmente aquellas cuyos ingresos dependen en gran medida del mercado interno. Ante este escenario, las que no se han visto obligadas a bajar la persiana, han empezado a escuchar que la solución a sus problemas es la exportación de sus productos, o incluso la internacionalización.

Si aceptamos que abrirse a nuevos espacios geográficos puede ser un modo de ampliar el mercado objetivo de muchas empresas, la pregunta que debe plantearse es si las PYMES españolas están  preparadas para competir en los mercados internacionales. Y si la respuesta es, tal y como sospecho, que en términos generales no, tal vez esta crisis pueda ser una gran oportunidad para aumentar la competitividad del tejido empresarial español.

Si las empresas de nuestro entorno deciden jugar en la "champions league" y competir con las PYMES de territorios más innovadores, partirán con una enorme desventaja en cuánto al valor de su oferta. Esto sin tener en cuenta otras desventajas como pueden ser el dominio de idiomas, el conocimiento y gestión de diferencias culturales o la experiencia exportadora entre otras. En este post me centraré únicamente en la desventaja relacionada con la capacidad de innovar.

Si nos fijamos en el "Regional innovation Scoreboard 2012", realizado a partir de 25 indicadores, salta a la vista que el mapa de España va escaso de azules y verdes, colores asociados a los niveles de innovación más elevados. Tan sólo las regiones pertenecientes al este de Europa, presentan una peor situación respecto a la innovación. De tal modo, que España queda en una posición intermedia entre aquellas economías más competitivas, que apuestan por la creación de valor, y aquellas que pretenden favorecerse de un nivel de costes más bajo. 


A no ser que deseemos volver a los años ochenta y competir en costes con los países del este, la única alternativa es utilizar esta crisis para incrementar la competitividad de las empresas españolas, y prepararlas para competir contra las organizaciones procedentes de regiones mucho más avanzadas en temas de innovación. Por eso antes de iniciar el camino a la internacionalización, o al mismo tiempo, hay que incrementar la capacidad innovadora de las PYMES españolas. No hacerlo puede resultar fatal.

Pero pese a que el término innovación aparece en todas partes, parece que ni las administraciones públicas ni los empresarios terminan de apostar por él. Las intenciones y las acciones no parecen ir por ahora de la mano. Tal vez se deba a la confusión existente respecto a dicho vocablo, y a la falta de claridad a la hora de determinar los pasos a seguir para lograr que la innovación pase a formar parte del ADN de las empresas españolas.

La apuesta de muchas administraciones sigue siendo la innovación tecnológica,  esto se manifiesta a través del apoyo que reciben los centros tecnológicos. Sin pretender negar la importancia de la tecnología y la conveniencia de la existencia de dichos centros, si quiero destacar que en mi opinión este enfoque supone una visión que limita y confunde. 

Limita ya que excluye de las ayudas públicas a una gran cantidad de empresas no vinculadas directamente a sectores tecnológicos, y confunde, al favorecer la asociación entre innovación y programas de I+D. Algo que en la mayoría de los casos, está muy alejado de la  realidad de las PYMES. La innovación tecnológica es una parte de la innovación empresarial, en ocasiones clave, pero la innovación empresarial es un concepto mucho más amplio. 

Este enfoque es el que ya hace algunos años está siendo impulsado por gobiernos de países considerados líderes en innovación. Sirvan como ejemplo dos extractos de un documento publicado en 2008 por el Director General del departamento de innovación del gobierno de Finlandia.

"...the challenges presented by growth and competitiveness can no longer be tackled solely by means of a sector based, technology-oriented strategy. In line with the national innovation strategy, innovation activity must be developed to cover a broader spectrum in terms of its contents, and to operate with a more user-oriented approach"

"Successful innovations are usually based on the open-minded combination of various competencies, while a too narrow concept of innovation activity results in part of innovation potential remaining untapped"

Por lo tanto el gran reto es superar la visión reducida que predomina actualmente en torno a la innovación en España, y lograr que más empresas inicien procesos de sistematización de la innovación. Esto incrementaría  a la vez la interacción entre empresas y centros tecnológicos, al aumentar de manera irremediable la necesidad de tecnología por parte de las empresas una vez se hayan iniciado proyectos de innovación, incluso en el caso de que dichos proyectos no sean tecnológicos.

Este aumento de la cultura innovadora entre las PYMES españolas facilitaría también que los procesos de internacionalización fuesen más exitosos, al convertir la capacidad de innovar en una ventaja competitiva y poder ofrecer propuestas de valor más convincentes y diferenciadas a los mercados internacionales, donde las empresas españolas deben competir con otras procedentes de regiones más innovadoras.

Pese a que estamos en época de recortes, si deseamos apostar por la competitividad futura de las empresas españolas, lograr crecimiento y creación de puestos de trabajo, es imprescindible iniciar programas con medidas que impulsen la innovación entre el tejido empresarial español. Evidentemente esto se puede trasladar a todos aquellos países que se hallen en situaciones similares.

Un esquema sencillo para abordar un programa de este tipo, podría ser a partir del fomento de distintas medidas que pueden agruparse en cuatro categorías. Por ahora sólo las enuncio, en otra ocasión entraré a comentarlas con más profundidad. 
  • Sensibilizar
  • Capacitar
  • Acompañar
  • Conectar
Pero lo verdaderamente importante a la hora de iniciar un programa de este tipo, es la ambición y la voluntad de generar realmente un impacto en el territorio donde se desarrolle. Es fundamental que este tipo de iniciativas vayan más allá de las palabras grandilocuentes y se centren en acciones alineadas con la realidad a la que se enfrentan las empresas en su día a día.


    A grandes males, grandes remedios. Así que la profunda crisis actual, debe ser tomada como una oportunidad para iniciar en España una auténtica revolución empresarial, que tenga como objetivo mejorar la competitividad de las empresas. Esta transformación abarca muchos ámbitos, uno de los más destacados es la gestión de la innovación. El primer paso es encontrar a muchas personas, tanto en el sector público como privado, dispuestas a liderar esta revolución y capaces, a la vez, de crear las circunstancias para que florezca la innovación...te animas a liderar la revolución?








    martes, 9 de julio de 2013

    4 Tipologías de necesidades para iniciar el proceso de innovación

    Cualquier solución está compuesta por una serie de atributos o características, que tienen como objetivo ofrecer beneficios para lograr resolver un problema o satisfacer una necesidad. Por lo tanto, cuando una empresa se disponga a innovar, debe seguir el camino inverso, es decir, en primer lugar  deberá partir del problema o necesidad que sufre el segmento de clientes a quien quiere servir, a continuación establecerá cuales son los beneficios más adecuados para dar respuesta a ese reto y por último, será necesario que determine como van a tangibilizarse esos beneficios en forma de atributos o características.

    Se trata en definitiva de establecer una relación entre los atributos, y la satisfacción del cliente a la hora de dar respuesta a su problema, necesidad o tarea. El modelo de Kano, del que hablaré en otro post, es una buena herramienta para ello, pero hoy quiero centrarme en clasificar las necesidades en función de dos variables: 1) el grado de satisfacción 2) el grado de facilidad para articular las necesidades.

    Teniendo todo esto en cuenta, las necesidades de los clientes pueden ir desde necesidades articuladas y satisfechas, hasta necesidades no articuladas y no satisfechas. Cabe destacar que los diferentes tipos de necesidades que resultan de esta clasificación, están también relacionadas con diferentes tipologías de valor, a nivel genérico yo utilizo  cuatro categorías de valor: funcional, emocional, social y altruista.

    Las necesidades y problemas de los clientes deben ser el combustible de cualquier proceso de innovación, deben proveer de inspiración, no se debe olvidar que sin problema no hay solución. Por esta razón es importante que además del conocimiento técnico necesario para desarrollar soluciones, se deben dedicar también esfuerzos a conocer de manera profunda estos problemas y necesidades, cuanto mayor sea la comprensión de las experiencias y actividades que realizan los clientes, más elevadas serán las probabilidades de crear valor, y diferenciarse de otras empresas.


    Este enfoque es distinto al que muchas empresas utilizan al iniciar el proceso de innovación con sesiones de creatividad, en las cuales se generan ideas para nuevos productos y servicios, pasando de puntillas por el problema que se pretende resolver y lanzándose inmediatamente a la búsqueda de soluciones. En mi opinión es mucho más recomendable iniciar el proceso de exploración de las posibles soluciones, una vez se ha acumulado conocimiento acerca de las necesidades de los clientes y de su entorno.

    A continuación se muestra una clasificación de los cuatro tipos de necesidades que surgen a partir de la clasificación comentada anteriormente. En muchos casos las barreras entre ellas son borrosas, pese a ello puede ser de ayuda contar con un marco de referencia.

    • Necesidades articuladas y satisfechas: son necesidades obvias y relativamente bien satisfechas. No se requiere profundizar mucho para lograr que afloren este tipo de necesidades. Un ejemplo podría ser el deseo de muchos clientes de disponer de precios bajos, esto hace que muchas empresas de diferentes sectores conviertan a esta en su dimensión competitiva principal, dando de este modo respuesta a la necesidad de ciertos segmentos.
    • Necesidades no articuladas y satisfechas: estas necesidades están relacionadas con atributos o características que los clientes asumen que están incluidos en la oferta de la empresa. Los perciben como requisitos indispensables, y pueden incluso no ser capaces de articularlos cuando se les formulan preguntas directas sobre sus necesidades. Pero sin estos atributos, el producto o servicio, sería visto como inaceptable. Si preguntamos a los clientes de un hotel por sus necesidades y los servicios que esperan encontrar en él, difícilmente nadie nos hablará de la presencia de toallas para ducharse, sin embargo en caso de no disponer de ellas el nivel de insatisfacción será muy elevado.
    • Necesidades articuladas y no satisfechas: son conocidas y faciles de articular para los clientes, pero por algún motivo no han sido satisfechas hasta el momento. Esta situación puede deberse a diferentes razones, por ejemplo que el segmento de clientes que comparte cierta problemática sea demasiado pequeño, o que el coste de satisfacer una necesidad específica sea demasiado elevado. Este tipo de necesidades ofrecen grandes oportunidades de negocio, siempre y cuando se halle el modo de satisfacerla y superar las barreras que han impedido que otros lo hiciesen antes. Un ejemplo puede ser el caso de Netflix, dando respuesta a la necesidad de alquilar películas sin salir de casa.
    • Necesidades no articuladas y no satisfechas:se trata de necesidades que no han sido todavía identificadas ni por las empresas, ni por los propios clientes. Si una organización es capaz de descubrir necesidades de este tipo, estará en disposición de crear nuevo valor y competir en dimensiones distintas a las de sus competidores. Lo que le ofrecerá, al menos por un tiempo, una importante ventaja competitiva. En este caso la clave está tanto en identificar la necesidad como en desarrollar una solución novedosa que la satisfaga. En muchas ocasiones las innovaciones que dan respuesta a estas necesidades suelen ser tecnológicas, ¿alguien sabía que necesitaba un PC? ¿un teléfono móvil?¿internet?, aunque también podemos encontrar soluciones menos tecnológicas, como muebles de diseño fáciles de cargar en un coche
    A través de la utilización de diferentes técnicas las empresas tienen la oportunidad de profundizar en el conocimiento de los clientes o usuarios involucrados en el tema que desea analizarse. El enfoque se centra en dimensiones humanas con el objetivo de lograr dar respuesta a cinco preguntas, situadas en diferentes niveles de profundidad:
    1. ¿Qué dicen?
    2. ¿Qué hacen?
    3. ¿Qué piensan?
    4. ¿Qué sienten?
    5. ¿Qué desean?
    Esas respuestas serán utilizadas posteriormente, como mecanismo para llegar al descubrimiento de necesidades que puedan impulsar la creación de nuevas soluciones.